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La traducción de las onomatopeyas

Cuando intentamos comunicarnos en otro idioma, a veces nos ayudamos de expresiones faciales, gestos, posturas u onomatopeyas para intentar que nuestro interlocutor nos entienda. Desde Trad&Go, nuestra empresa de traducción, os presentamos algunas de las onomatopeyas más conocidas del español y el inglés.

Las onomatopeyas son una imitación lingüística de una palabra que se asemeja con el sonido que representa. Pertenecen al grupo de las interjecciones; es decir, son palabras que no varían y que expresan sentimientos y emociones, por lo que suelen pronunciarse o transcribirse con una entonación exclamativa, y se usan sobre todo en la traducción audiovisual y en los cómics.

Pues bien, resulta que estas aparentes “insignificantes” representaciones se han convertido en una de las mayores complicaciones para un traductor, especialmente con idiomas como el japonés, y es que ¡las onomatopeyas también se traducen! A veces resulta complicado encontrar un equivalente en nuestra lengua por dos razones principalmente: no existe un equivalente, y en el caso de existir, no es muy habitual y supone un auténtico quebradero de cabeza formularlo gráficamente en español y que se entienda.

Cada lengua usa unos recursos diferentes para expresar las onomatopeyas. Por ejemplo, en el caso del inglés, es frecuente ver onomatopeyas expresadas mediante verbos: Tap, tap (ruido de pasos), Cough (sonido para toser, que en español podría ser atjó), Blush (ruborizarse) o Sigh (suspiro, que en español podría ser ains).

Sin embargo, también te sonarán otras onomatopeyas que no provienen de verbos como Sret (ruido del lápiz cuando escribe, ¿y en español?, ¿quizás ras?), Urk (equivale a llevarse un chasco, que en español podría ser ugg), Hahaha (sonido de risa, no olvidemos que en español es jajaja), Huff (soplido de alivio: uff o puff en español), Meow (maullido; en español es miau), Aaaww! (sonido que indica que algo despierta ternura; en español sería “Ooooh“), Woow! (sonido de sorpresa, mientras que en español sus equivalentes son ¡Guau!, ¡hala!, ¡vaya!), Ooops (sonido que indica que has metido la pata. En español sería Uuups), o Wofwof (ladrido, en español: ¡guau, guau!). ¿Ahora entiendes por qué si le dices “¡guau, guau!” a un angloparlante no sabrá que te estás refiriendo a un perro?

Pero el español o el inglés no son los únicos idiomas que dan problemas. Resulta que el japonés es uno de los más retorcidos que hay para las onomatopeyas. ¿Por qué? Este tipo de representaciones son una parte muy importante de esta lengua y se escriben en “katakana”, símbolos fonéticos que representan una sílaba. Si eres un apasionado del mundo manga o anime seguro que conoces muchas onomatopeyas de este tipo, y quizás no te parezcan tan raras. En japonés hay dos tipos: las referidas a sonidos y las referidas a una palabra con un sonido, como kuru-kuru que se refiere al pelo rizado. ¡Curioso! En muchas ocasiones, en idiomas como el inglés se opta por la transcripción, por ejemplo: Gihya (grito de un monstruo, el cual se podría traducir tal vez por groaaar), Ku (se refiere a la acción de golpear, pero podría traducirse por agh), o Gisha (sonido de un monstruo atacando).

Como ves, las onomatopeyas son palabras quizás un poco complicadas de pronunciar. Pero lo que es cierto, es que, estas expresiones las utilizamos todos los días desde que somos pequeños. En Trad&Go, nuestra empresa de traducción en Sevilla, utilizamos todos nuestros recursos para realizar traducciones de todo tipo.

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